[Manuela López Escobar] El mundo de los postres también se ve influenciado por las tendencias gastronómicas que se reflejan en el resto de las elaboraciones. Las opciones saludables, con ingredientes bajos en calorías, también se imponen con fuerza en el mundo de los postres con elaboraciones bajas en azúcar y alimentos naturales. En esta misma línea entran las elaboraciones aptas para intolerantes, alérgicos y vegetarianos o veganos.
Al igual que ocurre con las recetas saladas, los comensales valoran cada vez más que los postres sean hechos artesanalmente y que incluyan alimentos locales y de temporada.
Por ello, es cada vez más frecuente la presencia de verduras, frutas, hortalizas o tés en los postres. El té matcha es uno de los más utilizados ya que cuenta con importantes beneficios para el organismo y está presente en bizcochos, smoothies y helados, entre otros. Causan furor los postres en los que los azúcares refinados se sustituyen por edulcorantes naturales y los que optan por el cacao puro. En esta línea, cobran protagonismo los dulces veganos con leches vegetales, mayor protagonismo de frutas y alternativas a ingredientes de sabor animal que nos sorprenderán por su delicioso sabor.
El dulce ya no es el rey de los postres. Ahora, comparte protagonismo con otros sabores como el salado, amargo, agrio… Estas composiciones no suponen ninguna novedad ya que existen combinaciones clásicas como el melón con jamón o el pan con chocolate. Tampoco podemos olvidarnos de la ya famosa carrot cake o tarta de zanahoria que desde hace unos años es un imprescindible en cualquier carta de postres. Elaboraciones con vino, aguacate, cítricos e incluso especias como la pimienta o el curry en postres con chocolate son una opción para sorprender.
Decoraciones cuidadas
Además de tener un buen sabor, los postres deben tener una original y destacada decoración. Es imprescindible potencial el efecto artístico para que la elaboración llame la atención también por la vista. En esta línea, postres que combinen diferentes propuestas en formato “mini” a modo de pequeña degustación son cada vez más habituales. También se opta cada vez más por poner flores o pétales comestibles para decorar los postres y jugar con las texturas.
Clásicos reinventados
No podemos olvidarnos tampoco de los clásicos. Brownies, cheesecakes, tiramisú… Todos ellos deben estar presentes aunque con algún elemento innovador, ya sea en la receta o en la presentación como los brownies con frambuesas y chocolate blanco, cheesecake de aguacate o limón o el tiramisú de naranja. Bizcochos, hojaldres… y siempre que sea casero y con productos locales, mucho mejor.